Caminando por la senda equivocada.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Ella se fue antes que yo

Me acerqué a la ventana, pero ya no se veía tu reflejo,
miré hacia el mar, hacia las nubes, hacia el sol, hacia lo lejos.
Me devolví a la habitación, no entraba luz, quedé perplejo,
traté de reaccionar, me di la vuelta, observé el dorado espejo.

 En la cocina tampoco estabas, cogí una uva, lancé el hollejo,
recordé el sonido del piano, divisé un perfume viejo,
ése que me recordaba a tus ojos, al escritorio nejo.
Los recuerdos reaparecieron, llegó el momento, ahora me alejo.

 En virtud de los recuerdos, sonreí un tanto perdido,
sintiendo los latidos, escarbé entre mis sentidos,
cabeza deteriorada, un corazón haciendo ruido,
razones obvias, suspicacia, un par de canciones, diez sonidos.

 De la vida que olvidamos, de los besos añejados
entre dos cuerpos distintos, relucientes, adornados.
Pasó el tiempo sin avisar, no le importó lo revelado,
llegó la hora: me lanzo, vuelo, luego despierto a tu lado.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Obsequio al ingenuo



Caminamos al salón antiguo, bebimos vino,
de la mano, soñadores, tus zapatos femeninos.
Observamos las ventanas, los sillones, al felino,
que sin mirarnos, continuó, como volando, su camino.

Las cortinas se movían porque el viento les decía,
que la luz quería entrar, la situación se repetía.
Pero ahora el humo negro ya no era el que tenía
la custodia de tus besos, corazones que latían.

Se encendió la luz del patio, detenido observó el gato,
el momento en que dijiste: no te mientas, sé sensato.
El reloj ya no sonaba, decidí romper un plato.
Y la discusión renació, se marchó el momento grato.

Reapareció la oscuridad odiada, cruzamos las miradas,
emergieron las palabras, imaginamos una espada
atravesando nuestra cama, perforando las espaldas,
pero eran tus mentiras las que el metal apuñalaba.

La copa de cristal, de nuestras manos, desapareció,
el cuadro de las nubes, de tu mente, escapó,
la tormenta iba nadando, entre lágrimas, brotó.
Desperté, abrí los ojos, tu mentira se acabó.

sábado, 29 de octubre de 2011

Cáscaras de manzana





Desplazándose sobre el pasto verde, mal cortado,
observando colores, por el balcón, asomado,
sintiendo que la vida, ella, le había robado,
sintiendo que la brisa, los sonidos ensayados.


Sensaciones comunicadas a través de la mirada,
pasos marcados por risas exageradas,
peleas inmaduras que duraban poco, terminaban.
Felicidad, confianza extraña, caras manchadas, congeladas.


Ganas de progresar, comprometerse entre hojas verdes,
presentimiento curioso que solía someterse,
en una vida destrozada, en dos caminos, de repente,
ojos marrones; ansiedad; peticiones; todo ausente.


Canciones en inglés, irrealidad sobre las cosas,
desequilibrio émocional, cambios de ánimo; rosas,
sueños, ideas, pensamientos, ganas tramposas
de tenerte a mi lado dos minutos, cuatro horas.


Ahogado por el vino, la cerveza, Siento los sentidos extraviados,
claves de confianza, salvación, ojos cerrados,
rejas negras, cama marrón, recuerdo el pánico oxidado,
despedida ilusa, música agresiva, una canción, tiro tres dados.

jueves, 27 de octubre de 2011

Despertar, observar, leer, despertar.


En la pared está tu foto, floto,
en la cocina, platos rotos.
Una nueva discusión explotó,
sinceridad insuficiente que desencadenó
en tristeza y griterío, el sentido se marchó.

Camino a pies descalzos por la calle, voy tranquilo,
recuerdo aquel día en que veía aquel molino
dar vueltas, girar, sin pensar en detenerse;
sin pensar en que luego de 3 años pasaría a estar ausente.

Pero ahora ya no estamos, somos seres distanciados
reclamando ese pasado, que se fue diciendo: vamos.
Un último mensaje entró por la ventana,
el árbol me decía que volviste, que ahora estabas.

Pero todo era mentira, eran frases repetidas
de risas compartidas, de aflicciones no fingidas,
pasos y pasos de palabras conocidas,
frases y oraciones que sonaban, sonreían.

Mas, en el fondo, el corazón ya no creía.
Cada minuto que perdí sin encontrar una salida,
cada esfuerzo por llenarte de caricias maldecidas
por tu carencia de carisma, de verdad. Establecía

Que era el final de tu momento,
que ahora se detendría el tiempo,
que tu mirada y la mía encontrarían un reflejo
en nuevos ojos, en destinos rojos, lejos.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Sensaciones vuelan detrás de la ventana

Extrañaba este lugar, he estado ausente. El piano sigue sonando, todo es familiar, pero la madera está más gastada.
No venía hace un mes, sin embargo, no hay polvo en la mesa, no hay ratas en la cocina. Encontré la botella de vino que había dejado en el estante, la destapé sutilmente, serví un poco en la copa negra que adornaba el lavaplatos.

Las luces no encienden, hay algún problema con ellas. Al sonido del piano se le agregan esas sensaciones inéditas que extrañaba. Es todo extraño, los sentimientos no se pueden explicar, de verdad. Me dejé llevar por música, me dejé llevar por sueños frecuentes.

Respirar, sentir el agua caer sobre ti, sentir el viento golpear tu espalda, oler la playa, acostarte en tu cama mirando hacia abajo, aplastarte con las almohadas, tirarte en el pasto de una plaza vacía, ver el sol en tus ojos cerrados, disfrutar cada segundo.

Aún hay sueños pendientes, aún queda mucho por saber y conocer, pero no me apuro, estoy tranquilo.

viernes, 9 de septiembre de 2011

No se trata de comprender la muerte

Ese frío que no incomoda porque estoy en el norte,
me permite vestir poca ropa, me permite caminar sonriendo.
Es que camino por una plaza obscura, a paso apresurado,
tratando de expulsar vapor de mi boca, no pasa.


Puedo caminar tranquilo, pausado, sonrío, nada importa.
Son un poco más de las diez y ya casi no hay autos andando,
será que es día de semana, será que siempre ha sido así.
Hago un recorrido sin pensar, es todo automático, es todo natural.


Estando acá, definitivamente, pasan otras cosas, no siento lo mismo.
Pero la conversación de ayer me ayudó un poco.
El whisky estuvo bueno, nunca había disfrutado tanto ese elixir.
Empiezo a hablar pensando, empiezo a corroborar lo que creía.

sábado, 13 de agosto de 2011

Bajo el calor del invierno, entre paisajes inusuales

El misterio ya no estaba, o quizás sí, un poco.
Ahora es todo distinto, ahora comprendo lo que un par de meses atrás, no.
Recostado sobre el pasto mal cortado, bajo el cielo celeste con manchas blancas que avanzan, temperatura que me transporta a mi ciudad, al norte; calor.


La compañía perfecta, esa que alguna vez soñé, esa por la que me esforcé para tener a mi lado, sensación irracional, ideas que nacen desde más allá que la cerca roja.
Caminar a tu lado, caminar y ser protagonistas de la historia que creamos.
Es que realmente me gusta estar acá ahora, me gusta ver tus ojos rojos que sueltan lágrimas sinceras.


Me gusta que pasen las horas, que la luna desfile hasta quedar sobre nuestras cabezas,
que el alimento sea: tus besos y el vino en caja que tenemos,
que la paz nos tome en sus brazos y nos haga ser como debió ser siempre,
que la música no deje de sonar, que el paisaje cautive cada momento.


De la libertad que nos contaron, de la libertad que te quería mostrar,
de lo que significa estar tranquilos y ahogar cada problema,
de lo que aprendí cuando te vi por primera vez, de lo que trataste de ocultar,
del gato que está en tu libreta, de las caras que te hacen reír.


Y podría escribir quizás cuánto, pero recordar el momento es lo difícil,
pienso que la vida está hecha de esos segundos, minutos, horas, en que el entorno desaparece,donde es sólo el fondo de un cuadro verde en la pared de madera, podría escapar, llevarme estos recuerdos a mi hogar y convertirlos en palabras que logren tomarme y llevarme más allá.


Más allá de lo que imaginamos antes de cruzar miradas, más allá de lo que prometimos en nuestros pensamientos difusos, déjame tomar tu mano, déjame mostrarte el lugar que mencioné cuando era feliz, déjame hacerte ver lo que alguna vez estuvo en mis sueños, lo que estuvo en tus sueños.

jueves, 11 de agosto de 2011

Cuadrado de madera y tazas de porcelana

Me puse los audífonos y cerré los ojos. Traté de concentrarme en cosas lindas, traté de desvanecerme entre las notas musicales, traté de olvidar esta sensación de soledad y tristeza. Me transporté a un día cálido en el desierto, un día primaveral junto a mis padres, sin preocupación, sin estrés, sin ansiedad. Quería sentir esa grata sensación a la que llamamos felicidad, esa que no logro sentir hace un buen tiempo.

Si me trataba de concentrar en lo que pasaba "realmente", sentía pánico, me daba una crisis que ahora aprendí a controlar un poco, pero que no dejaba de ser desagradable.
¿Será que el frío complica las cosas?, y ya no sé qué necesito, ya no sé cómo hacerlo para sobrepasar estos obstáculos, siento la muerte cada vez más cerca, siento problemas que no existen.

Pienso que estando en mi hogar podría olvidar toda esta mierda que invade mi cabeza cada día más y que incluso ahora, escribiendo sobre ella, me complica la existencia y me quita todas las putas ganas de seguir adelante. Necesito ayuda! me estoy perdiendo en mi propia cabeza, me estoy perdiendo en mis propios pensamientos que no logro controlar con nada más que con un abrazo cariñoso y litros de lágrimas que dejo caer cuando estoy junto a la naturaleza.

El soñador dejó de soñar, el paraíso dejó de ser posible en la imaginación, las ganas de hacer la vida como antes, de volver al pasado y no sentir, ni ver, ni oler, ni respirar todo mi entorno.

lunes, 8 de agosto de 2011

Con mi espíritu en sus dientes

Y sentí que me iba del mundo, podía desmayarme porque así lo quería mi interior,
podía caer en los efectos negativos de esa droga llamada pánico,
perdí el control de mis sentidos, de mi mente en desequilibrio,
caminé por las calles del centro, preocupado, nervioso, esforzándome por controlar la muerte interna.


Sentí que mi corazón se iba a detener, que las palabras no iban a salir más de mi boca,
que no era capaz de mover los dedos, las piernas, los pies.
Me acosté a escuchar algo de música, mis extremidades desaparecieron, vi el final, me contuve. Gracias a tres personas me mantuve vivo, gracias a la solidaridad de gente que conozco hace 24 horas.


La sensación me golpea, tengo miedo, pena, me siento inseguro, me como las uñas.
Es sólo que fui estúpido, que no controlé la histeria, la tentación. 
Me sentí en un cuento, en una película. Irreal como siempre, irreal el entorno, irreal la existencia. Perdí la noción del tiempo, perdí las fuerzas para seguir, solté un par de lágrimas, me apoyé en un hombro.


Fue la peor sensación que he sentido en mi vida, fue el miedo más grande y más cercano,
olvidé todo, excepto a mi familia y a otro personaje que se viene reintegrando a mi cabeza desde hace un par de días.


Ahora, "a salvo", escribo oraciones que no consiguen explicar el total de la situación, escribo algo que me ayudará a comprender un par de detalles en el futuro, ayudo algo que quizá me sirva para aprender que hay que tener un poco más de tino.

lunes, 1 de agosto de 2011

Habitación compleja

Empezaste a sentirte culpable de un momento a otro,
tu entorno cada vez era más interesante, no aburrido.
Todo nuevo, pero viejo a la vez, paredes que respiraban tus sensaciones suicidas,
ventanas que observaban cada lágrima desprenderse de tu piel.

La ampolleta tambaleaba, mareada por el alcohol en tus venas,
la silla albergaba toda esa ropa que representa tu propia capacidad de hacer nada.
El reloj marcaba las once de la noche y un par de minutos, la lámpara se tomaba un descanso. La puerta no estaba cerrada, pero no dejaba ver lo que había fuera.

Lo importante no era eso, mi mente me jugaba cada vez peores pasadas,
depresión, angustia, problemas de desequilibrio en la cabeza.
El curso de las cosas, sentimientos difusos y manos sucias...

¿Será que alguna vez voy a comprender el porqué de esta sensación irreal?.
Ese bosque aparecía cada vez frente a mis ojos cerrados, árboles que ya no existen.
Tú, la que jamás comprendió el sentimiento, la que jamás se dio cuenta.

El sol se esconde tras la nube azul.

Nos enamoramos de nosotros mismos, omitimos la existencia del perdón,
caminamos cada uno por caminos diferentes, pero nunca olvidamos el pasado.
Nunca pensamos que llegaría este dia, dejaríamos de hablar de un momento a otro,
cada uno iba a recorrer su destino sin mirar atrás, mas que para no cometer los mismos errores.


Pensé en ti por más de dos meses, recordé cada abrazo tuyo, recordé cada momento,
traté de dejar de lado el sufrimiento, pero realmente fue imposible conseguir un par de minutos de paz.Después recaer en el mismo problema de siempre: no aceptar tu partida.
Aprendamos de esto, aprendamos de lo otro, vivamos, ¡vivamos!.

domingo, 24 de julio de 2011

Momentos previos a...

Ahora todo está en silencio, excepto por la vibración del vidrio que aterra a los canarios. Sueño, cansancio, impotencia, desagrado. Algo debo hacer, pensé. 


Pero no quería dejar de escribir, ambiente denso impregnado en las paredes desgastadas. La cerveza empeoraba la situación, tengo miedo, reconocí, y me dejé caer en los brazos del destino.


Conversemos cosas sin importancia, escuchemos música en otro idioma, observemos los detalles insignificantes. Siéntate a mi lado, aquí en el pasto, una última vez, antes de fugarnos al mundo de los sueños grises.

martes, 19 de julio de 2011

La tristeza observa desde el cerro vecino.

Le dedicó un poco de tiempo a las letras del pasado,
caminó entre sueños rotos observando lo grabado,
el sabor a ron en los labios le causó algo de desagrado,
observó a su acompañante, estiró las manos, se puso de lado.

Extrañaba los momentos en familia: el pasado,
se arrepintió de los errores, ingrato, insensato,
puerta cerrada, aliento displicente, pies helados,
depresión, recuerdos vagos,  ojos cerrados, verde prado.

jueves, 7 de julio de 2011

Pero

Resultó ser incómodo esto de mirar la hora cada treinta segundos, resultó ser un problema eso de recordar el pasado cada cinco minutos, resultó ser un desastre el hecho de recordar lo bueno cuando la soledad te invade, resultó ser una pena eso de pensar que las cosas saldrían bien en un mundo imperfecto. Sin embargo, las letras siguen surgiendo, los corazones siguen sintiendo, las lágrimas siguen cayendo en ese agujero azul llamado cielo. Puedes conservar los lindos recuerdos, puedes pensar que te sigo queriendo, puedes creer que olvidé todo lo que pasó, puedes conservar los detalles en tu baúl, pero jamás permitiré que botes a la basura cada palabra que
dirigí hacia tu bienestar espiritual.

Em...

Pero extrañaba el mundo de las letras. El alcohol podía ayudar un poco, la historia se repetía.
Y es que las relaciones de los otros ya no le podían afectar más, debía dejar fluir cada situación, los ojos no sabían sonreír apropiadamente. 
Dale vuelta a la página, siente los sonidos secretos en tus oídos casi sordos.
Cegado a la histeria, cegado a la marea habitual de personajes inertes.
Y así volvían las lágrimas, el sollozo previo a la incomodidad habitual. 
Deja surgir un nuevo pensamiento, una historia que no encuentra el final en un llanto.


Recordó, así como de costumbre, el momento en que se conocieron. Recuerdos borrados por minutos que avanzaron sigilosos, voces curiosas que anunciaban algo desconocido, momentos irreales que escarbaban su cerebro complejo.


Lleno de nostalgia se encerró a observar las letras, lleno de ira se concentró en cegar sus inquietudes, lleno de inquietud decidió conservar sus creencias inexistentes. 
Dejad que recorra tu sangre, dejad que la pena abandone el escenario, dejad que los momentos se hagan por sí mismos, dejad que los perros ladren el alba.

lunes, 9 de mayo de 2011

Irreal, todo.

Mientras tanto, yo temblaba de frío en la cama que dejaste vacía,
olvidaste una polera y una foto en mi habitación,

espero que sigas recordando todo lo que hablamos esa noche, ambos estábamos un poco ebrios,
pero no tanto así como para olvidar. ¿Volveremos a hablar?, ¿volveremos a vernos?.


La taza de café que trataba de ocupar tu lugar ya se enfrió.
Han pasado varias horas, mi cabeza se va de aquí.
Olvidé decirte un par de frases clichés para terminar de convencerte.

Olvidé darte un abrazó, me olvidé de besarte por última vez.

Ya no existe esa paz que había cuando compartíamos juntos,
ya no existe ese sonido del viento de cuando la realidad se detenía en tus ojos,
ya no existe claridad en el presente: queda incertidumbre y un par de recuerdos.


Supongo que saldré a caminar así como cuando estabas acá,
supongo que saldré a insistirle a mi corazón que aún existes,
sellaré la realidad con un suspiro y cerraré los ojos para despertar mañana.



domingo, 8 de mayo de 2011

El cielo se apoderó de su alma, susurros.

Luego de dar vuelta la página de su libreta, observó con delicadeza su entorno, pudo ver, allá en el fondo, a tres personas subiendo el cerro que se veía por el ventanal. Las nubes cubrían el cielo y la melodía nostálgica que tocaba la guitarra invadía la habitación.

Extrañaba su hogar, su familia, su cama, su espacio. Se paró de la mesa, caminó hasta el balcón, volvió a observar el cielo, pensó en el sentido vago que tenía estar ahí.

Se percató de que una sombra se aproximaba hacia él, no se preocupó, continuó observando. Escuchó un susurro en su oído, lo incitaron a hacerlo, casi no lo dudó y acompañado de la guitarra que cada vez sonaba más lento, de las drogas que circulaban por su sangre, de los pensamientos oscuros que habitaban su cabeza, de los momentos pasados que lo hicieron llorar, hizo caso a la sombra y se lanzó desde ese octavo piso. Mientras caía, sonrió por última vez y pidió perdón al cielo por la decisión tomada.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Desesperación

Trató de despertar, no consiguió mover los brazos,
observó el escritorio, la botella y los vasos,
trató de percatarse qué fantasma entró en la pieza,
se concentró, hizo un esfuerzo, no consiguió girar cabeza.


Siguió indicaciones que leyó en un libro negro,
concentró la mente en sus piernas, susurró: "no comprendo",
entró a desesperarse, se esforzó y movió las manos,
se golpeó, sintió temor, la sombra blanca dejó estragos.


Empezó a dudar en todo, el ángel lo miró pausado,
se sintió como un anciano que olvidó su gran pasado,
se paró, observó a la esencia, trató de hablar, sentía pena,
se rindió, miró su cama, se sentó y llegó la espera.


Cansado de la vida que lo llenaba de pavor,
tomó un par de pastillas y olvidó todo el temor,
abandonó sus grandes miedos consiguiendo el sueño eterno,
mala decisión cuando los sueños no son serios.


domingo, 1 de mayo de 2011

Latió rápido, despertó.

Y de una fiesta normal junto al compañero de cuarto, se subió a la micro y no pudo contener el sueño, cerró los ojos y durmió, despertó casi preciso, pero pasado un par de minutos, se paró como pudo, el alcohol no lo dejaba moverse bien, resultó difícil bajar de la máquina, se sentó y lo logró.

Caminó mareado hacia abajo, los ojos se cerraban, pero estaba conciente, trató de correr para llegar rápido a la casa, aceleró el paso, pero en cosa de minutos sus piernas dejaron de responder, los ojos se cerraron aún más, alcanzó a pensar en que era el fin, se desplomó, noche fría.

Despertó exaltado en un colchón, puso la mano en su corazón y éste iba muy rápido, los ojos muy abiertos, todo bien, normal, sin sueño, tranquilo. Otra pesadilla extraña, señales que trató de interpretar retratándolas en un escrito...



jueves, 28 de abril de 2011

Espacio vacío.

Y pensaba en esa personalidad extraña que a la gente fascinaba,
esa actitud que, por algún motivo, causaba algo en las personas,
era como el que tenía todo y no sabía aprovecharlo,
entregaban tanto cariño, pero no lo valoraba y se sentía solo,
confusión, alegría oculta, escondida, faltaba algo para estar completo,
faltaba tiempo, una oportunidad y seguridad sobre sí mismo,
autoestima engañado, mentiras propias, personales.


Personalidad que quisiera demostrar a la familia, a la raíz de todo,
nostalgia y recuerdos, ansias por llegar allá, curiosidad por el futuro,
ideas claras sobre las amistades pasajeras, desconfianza real,
no existía un motivo para sentirse acompañado, faltaba completar ese espacio importante,
desorden en el papel, ojos cansados, mente estresada.


Bipolaridad, ganas de llorar, un nudo en la garganta y un par de sollozos,
sentimiento sin sentido, el hecho de escribir le causaba pena,
y es que le hacía falta la sensación que hace años no sentía,
no desesperó más, se calmó, escuchó la guitarra y se largó a dormir.


domingo, 24 de abril de 2011

Rocas en el mar, risas en el viento.

Así con las desiluciones amorosas,
aunque miraba a los dos ancianos conversando y la vida parecía estar bien,
ya habían vivido quizás cuantas aventuras juntos,
amigos de ¿quién sabe cuando?,
ambos con el pelo blanco, camisa clara y chaleco.


Risas que no terminaban, me pareció ver como si recordaran muchas cosas,
otra señora, bastante cerca, leía un libro con sus anteojos marrones,
estaba tranquila, más bien, relajada, luego dejó de leer y contempló el mar con nostalgia.


Una pareja salía del hotel, promediaban los cincuenta años,
ella lucía radiante, él: feliz, tranquilo,
la tomó en brazos y dio una vuelta, sellaron todo con un beso cariñoso.


Confusión y recuerdos, rocas tapadas por el mar, ideas deprimentes,
frustración sin sentido, gente en la que ya no confías,
música más alegre para dejar este papel así como está,
positivismo perdido: ya vendrá, me largo.

domingo, 10 de abril de 2011

Anciano, olvidado.

Personajes atrevidos que desaparecieron,
anciano perdido que llora sonriendo,
que alguna vez fue joven y extraña el sentimiento,
de tener una acompañante fiel que entregue amor sincero.


El cigarro en la izquierda, y la sonrisa infaltable,
tres besos cariñosos y una historia agradable,
más de veinte años y hasta hoy siguen soñando,
con seguir ahí sentados esperando lo acordado.


El día en que le toque separarse de su lado,
dejar de ser el hombre que sintió siempre su mano,
se prometieron amor eterno, en lo bueno y en lo malo,
amor sincero que grafica la silueta del pasado.


una vida juntos, millones de vivencias,
sentimientos, canciones, danza y experiencias,
frases que provienen de dos ojos silenciados,
que no entienden un segundo lo que ya han observado.


Lo esperó, pero...

Copas de vino, un pan redondo, estufa encendida, una cerveza,
aroma a lluvia, un perro negro, un pastel y tres cerezas,
reloj de madera antigua, sombrero y la princesa,
que espera a un hombre rubio, de azul y sin promesas.


Balcón, más bien, enorme,
dos sillas y una mesa,
el sirviente de uniforme,
dando la espalda a su alteza.


Espejo, marco dorado, una almohada un poco sucia,
un papel en blanco, dos mochilas, el zorro y su astucia
las estrellas, el mar, la luna y los problemas
bostezos, sollozos, lágrimas de pena.


No encontró lo que esperaba, pasó el tiempo...olvidada,
se quedó esperando ella, caminó desesperada
llegó al balcón gigante, se acercó lento a la baranda
miró hacia abajo, se despidió, lanzó un grito...¿qué espérabas?

lunes, 28 de marzo de 2011

Se acabó, viajero.

La niebla cubría aquel grisaceo espejo,
relámpagos iluminaban ese negro cielo,
risas fingidas provenían del océano,
miradas, que pasivas, intimidaban al viajero.


Cansancio en sus piernas, al parecer, caminó demasiado.
Velas apagadas por el viento despiadado,
recipientes de madera de dudoso contenido,
sillas y papeles que no cumplían objetivos.


Casas de cristal y paisaje semi verde,
árboles inmóviles, risueños que comprenden
el sonido de esas voces que para mí: desconocidas.
Caminó, se detuvo, entendió el fin de su vida.


Así como arrancando de algo que no entiendo,
así como pensando que en un rato estaré viendo
a los árboles cayendo sobre él, no de su sombra
que escapó sin avisarle, qué estaría ya de sobra.


Permanecer ahí estancado, esperando que a su lado
aparezca aquella imagen y le explique que ha terminado.
De aquel clima funesto, que asustó al desconocido,
encontró el triste viajero, el final de su destino.



lunes, 31 de enero de 2011

Pensar

Tiempo que podría aprovechar con otras personas, obsesionado con una idea que nunca se concretará, idealizando una historia que jamás ocurriría. Frustrado caminé, miré hacia abajo, nunca había influído tanto una persona en él, en realidad, era la primera vez.
La música era un alivio, pero a la vez hacía pensar más y multiplicar el sufrimiento. La idea de desaparecer aparecía, las ganas de escribir también. Acompañado de personas que mañana no estarán, cegado a las que ahora son principales, soñando que la vida tendrá ese detalle que no entiendo.
La canción indicaba "esta noche", pero en otro idioma. Sueños que se derrumban, ganas de empezar de nuevo, empezar para fracasar una vez más.
Recuerdos de lo que pasó hace 24 horas exactas, del mismo sentimiento de mierda que ya había pasado por mi habitación, de este placer de mierda que llega a provocar tristeza,.impaciencia, desesperación, creo que no soporto más.
Ahora las cosas cambian, las palabras ordenadas hacen que se vea todo mejor, los sentimientos negativos empiezan a disiparse y la música se transforma en algo alegre. Esperemos unas nueve horas, esas que no son como las siguientes nueve; esas que no se pueden interpretar con palabras y te obligan a seguir escribiendo...agradable, grato, nadie entenderá lo que siento.

viernes, 21 de enero de 2011

Un sueño de alguna noche de verano.

Como agarrado de una cuerda que es tirada por una lancha, con miedo a mojar el dinero, con miedo a perder la vida, esquivando remos de botes que pasan sin mirar, le pregunté a mi compañero si la billetera se iba a mojar, me prometió cuidarla,yo viví el momento, viví, sentí el agua en mis piernas, en mi tronco, en mis venas, no veía hacia al frente, estaba pendiente de esquivar aquellos remos, a veces debía esquivar personas, el miedo anterior... desapareció. Dejó de existir.

sábado, 8 de enero de 2011

Sigo esperando

Esperaba que pasaran las horas, quería ver caer la noche, quería que el sol fuera a descansar, esperaba con ansias el momento, ese momento extraño, donde el corazón late más rápido, donde las miradas pueden durar horas, quería estar contigo para siempre, vivir entre tus brazos hasta que la eternidad no pueda más, vivir rodeado de sentimientos que no se explican con palabras, vivir encantado con el sólo hecho de estar contigo, vivir pensando que el momento nunca pasará; así me pasaba la tarde completa...esperando. Esperando algo que estaba sólo dentro de mi imaginación. 

jueves, 6 de enero de 2011

Así pasó...se perdió en el tiempo.

Jamás podría olvidar aquella tarde, fueron casi seis horas de sentimientos revueltos, de confusión, de nervios, de felicidad y tristeza a la vez. Al principio el calor del sol servía de excusa para compartir un trago. La conversación era amena, la confianza crecía rápidamente. Los latidos del corazón iban cada vez más rápido. Por lo menos para el hombre que vestía esa polera naranja.
Ella quizá más tranquila, los abrazos eran lo mejor, las voces tiernas, la música de fondo, las horas pasaban y el sol se ocultaba.
Empezaba a helarse el ambiente, una manta cubría los dos cuerpos enamorados.
Luego de tan perfecta tarde, quedó el confuso recuerdo y la pena enorme por no encontrar nuevamente ese montón de sentimientos extraños.