Caminando por la senda equivocada.

jueves, 28 de abril de 2011

Espacio vacío.

Y pensaba en esa personalidad extraña que a la gente fascinaba,
esa actitud que, por algún motivo, causaba algo en las personas,
era como el que tenía todo y no sabía aprovecharlo,
entregaban tanto cariño, pero no lo valoraba y se sentía solo,
confusión, alegría oculta, escondida, faltaba algo para estar completo,
faltaba tiempo, una oportunidad y seguridad sobre sí mismo,
autoestima engañado, mentiras propias, personales.


Personalidad que quisiera demostrar a la familia, a la raíz de todo,
nostalgia y recuerdos, ansias por llegar allá, curiosidad por el futuro,
ideas claras sobre las amistades pasajeras, desconfianza real,
no existía un motivo para sentirse acompañado, faltaba completar ese espacio importante,
desorden en el papel, ojos cansados, mente estresada.


Bipolaridad, ganas de llorar, un nudo en la garganta y un par de sollozos,
sentimiento sin sentido, el hecho de escribir le causaba pena,
y es que le hacía falta la sensación que hace años no sentía,
no desesperó más, se calmó, escuchó la guitarra y se largó a dormir.


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