Caminando por la senda equivocada.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Ella se fue antes que yo

Me acerqué a la ventana, pero ya no se veía tu reflejo,
miré hacia el mar, hacia las nubes, hacia el sol, hacia lo lejos.
Me devolví a la habitación, no entraba luz, quedé perplejo,
traté de reaccionar, me di la vuelta, observé el dorado espejo.

 En la cocina tampoco estabas, cogí una uva, lancé el hollejo,
recordé el sonido del piano, divisé un perfume viejo,
ése que me recordaba a tus ojos, al escritorio nejo.
Los recuerdos reaparecieron, llegó el momento, ahora me alejo.

 En virtud de los recuerdos, sonreí un tanto perdido,
sintiendo los latidos, escarbé entre mis sentidos,
cabeza deteriorada, un corazón haciendo ruido,
razones obvias, suspicacia, un par de canciones, diez sonidos.

 De la vida que olvidamos, de los besos añejados
entre dos cuerpos distintos, relucientes, adornados.
Pasó el tiempo sin avisar, no le importó lo revelado,
llegó la hora: me lanzo, vuelo, luego despierto a tu lado.

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