Caminando por la senda equivocada.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Se acabó


- Esperaba verte aquí en la sala esta tarde
- Lo sé, mas no se puede: tampoco  es tan grave
- Ya sé, mejor cierro los ojos y espero que me llamen
- Suerte en lo que viene, mantener la calma es  clave

Cortamos la llamada e inició la travesía,
mirada anestesiada en un salón sin poesía,
peces adornando aquel paisaje sin salida,
frases que no entiendo, son imágenes perdidas.

Transcurren las agujas del reloj y las bocinas,
caen hojas en mis sueños, surgen varias melodías.
Está todo en el estado inexistente: mediodía.
Me siento  perdido, ¿puedo llenar manos vacías?

No termina la sensación de encierro, de desagrado,
no se acaba el momento de olvidar todo el pasado.
Empiezo a estresarme, lo que quiero está acabado,
Siento cicatrices en lugares no deseados.

Y si el mundo quiere esto, pues lo acepto relajado,
Me conservo aquí dormido, pese al complicado estado.
Creo que la ausencia de la dama ha afectado,
Ahora a esperarla allá en el cielo inventado.

lunes, 17 de septiembre de 2012

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Tranquilo papá, Félix Soumastre  es buena onda


            Soumastre, conocido por ser conflictivo, soberbio y desagradable, resultó ser una de las personas más sencillas y amigables que he conocido. Una faceta distinta, pero en un ambiente noctívago y bohemio, digno de un personaje mediático como él.

Por M Patricio Campos
           
Calle San Martín en Viña del Mar, clima frío de invierno. Me recibe una chica en la puerta del Pub Margarita. Le pregunto por Félix Soumastre y me indica con el dedo su ubicación exacta. Pienso en su personalidad conflictiva y me entra un poco de pánico. ¿Será realmente como se ha mostrado en televisión?

Reunidos en el lugar, iniciamos una conversación curiosamente amena, la cual demuestra de inmediato la faceta poco conocida de Soumastre: amigable, con mucho sentido del humor y muy dispuesto a cooperar con la entrevista.

De los hobbies, de la tele y de la fama

Reconoce que no bebe alcohol, mas que en situaciones especiales. Al parecer esta es una de ellas, ya que ordena un vaso de amaretto con tres hielos. Lo acompaña su amiga Tracy, quien no es reconocida públicamente. Félix enciende un cigarrillo, bebe un sorbo de licor y se posiciona dispuesto a recibir preguntas.


Soumastre trabaja como DJ de música Psy Trance hace catorce años en Santiago, estudia periodismo en la Universidad del Pacífico de Las  
                                                                                                                                                                                             Condes, y se hizo conocido por su participación en                 
dos reality shows de Canal 13. Además, entró al programa juvenil Yingo a “marcar diferencia con los ignorantes que trabajan ahí”.


La gente sentada en las mesas continuas observa a Félix como preguntándose si de verdad es él, pero Soumastre no se ve preocupado de aquello. Se ríe mucho al contar sus anécdotas y enciende un cigarro tras otro, así como un verdadero adicto al tabaco.

El miedo y la incertidumbre por la posible personalidad del ex galán de Amor Ciego, ya desapareció. Ambiente reconfortante. Félix interrumpe la conversación cuando el garzón se acerca, dice: “ya, amigo, va a empezar el partido”. Se cambia el canal y la mirada de Soumastre se desvía hacia la pantalla, para ver fútbol: juega Universidad Católica contra Blooming de Bolivia. “Compartimos el amor por el mismo equipo, hueón”, me dice cuando menciono que me gusta la UC.



Resulta que Félix no era como se veía en la televisión. ¿Y todas esas peleas en los reality eran reales o no?, le pregunto entre la oscuridad del recinto viñamarino. “Yo tengo una paciencia enorme, pero lo que se ve es sólo una parte del asunto (…) Dime qué marihuanero no tiene paciencia”, me dice con una sonrisa amigable, pero imponente.

Marihuana y consecuencias

El tema de las drogas es necesario conversarlo, pienso. “Yo jamás le he vendido droga a nadie. Tenía la planta en mi departamento, para mí. La primera regla para la gente que carreteaba en mi casa era que nadie, pero nadie, podía sacar marihuana de ahí”.                                                   
                                                                                                
La música suena despacio, el partido de fútbol no posee audio. El amaretto ya va en la mitad y Tracy se ríe mientras Félix conversa del conflicto que vivió con Carabineros el año pasado. Se nota que está tranquilo consigo mismo, Félix no es un delincuente, es más, se nota que posee educación y principios muy bien formados.

“En todo caso, cuando la policía se cansó de buscar bolsas preparadas con marihuana listas para la venta o algún otro tipo de droga, me quitaron las plantas y se fueron. No pagué multa ni me fui preso”, declara entre la noche del recinto y las conversaciones de las mesas contiguas.

            Finalizó el partido de Católica con victoria para los chilenos por goleada. Se nota la felicidad en el rostro de Soumastre. “De acá nos vamos a celebrar al pub Hollywood y aprovechamos de pasar a saludar al Negro”, le dice a su amiga mientras toma su mano románticamente.

            “¿Te sirvió de algo la entrevista?”, pregunta con un tono simpático. Está claro que todo lo negativo que podía haber visto en televisión estaba borrado y remplazado por esta personalidad acogedora y amigable que genera Félix Soumastre.

            Paga la cuenta, deja propina, abraza a Tracy, se despide de los garzones dando las gracias, le abre la puerta a su amiga, prende un último cigarrillo y se pierde entre pasos lentos hacia el pub que está a la vuelta de la esquina. 

martes, 31 de julio de 2012

Playa


Llevaba mucho tiempo estancado en la manía negativa,
me faltaba un momento de paz frente al mar infinito y las gaviotas.
"Respira", dijo ella, mientras bebía mate caliente sobre la arena.
Me impresionó volver a tener la mente en paz.


Pensamientos lentos, de a uno, como solía ser años atrás.
Sensación hermosa, realmente hermosa.
Mirar la luna brillando entre las nubes grises de invierno.
Un perfecto espacio entre el fuego y el cielo.


Fogata que esconde el frío de agosto,
voces que intentan ESTAR.
Agradecido de lo lindo que se esconde frente a tus ojos,
agradecido de poder ver hasta más allá de mis pensamientos.

viernes, 20 de julio de 2012

Momento


Caminar descalzo sobre piedras azules,
sobre un río celestial que no detiene su rumbo.
Eres aquel pensamiento confuso,
que crea música entre las luces del bosque.

Rayos de sol buscan espacio entre las ramas,
hojas cayendo entre tus ojos y los míos.
Nada nos calma más que este momento,
nada nos entrega más paz que estar juntos sobre el pasto inexistente.

Entorno ideal, cielo nuboso. ¿Guitarra?.
Del modo que suene mejor,
de tal manera que los sonidos tranquilicen tu alma perdida entre susurros de maleza.
Gracias y perdón, fue fugaz, veloz, real, adiós.

Pánico


Pero aún quiero ver tus ojitos mirándome con atención,
aún siento esas ganas de abrazar tu espalda y besar tu cuello.
Es inevitable verte y sentir miedo, miedo al futuro.
Lo desconocido invade mis sensaciones y todo se vuelve gris.

Tomar tu mano, apretarla mientras caminamos por las calles lluviosas,
detenernos bajo el invierno y besarnos.
Sentir que es el primer beso, estando dentro de una casa de juguete.
Confusión. Fugaces recuerdos avecinándose entre mi atrofiada cabeza.

Pararnos a la hora que sea, bailar música lenta.
Miedo, porque esos nervios aparecen cuando te miro fijamente.
No te percatas de mi mirada, de la ternura que me causa tu figura.
Improvisar, querernos como sea, sin pelear.

Lágrimas que me hacen daño, abrazos que me alivian,
acciones ridículas que no logro controlar,
problemas mentales que complican mi existencia.
Te pido perdón, eres un ángel... un ángel.

domingo, 13 de mayo de 2012

Vapor de té


El té sigue arrojando vapor sin destino,
el vaso de agua está vacío otra vez.
El reloj no muestra apuro, el sol ya se escondió.
Tablones de madera que soportan tus penas.

 El entorno sabe que estás distinto,
mas no comprende este ánimo extinto.
Cierro la boca,  los ojos y la puerta café.
Sostengo la taza de té, diviso recuerdos en ella.

Soledad, ansiedad, ganas de recostarse en las nubes.
Manchado de sensaciones negativas,
marchar a mi hogar, marchar a los sueños antiguos.
Extraño lo vivido, extraño el bosque tranquilo.

Palabras que no consiguen alentarte,
abrazos incompletos, cariñosos momentos de silencio.
Los demás sonríen, los demás fingen entender.
Días, noches, huellas en la arena.

jueves, 26 de abril de 2012

Bailar entre corcheas

Escribir, porque la música que suena te lo dijo.
Pero tu sombra no desaparece, tus besos tampoco.
Siento tu mano como cuando caminamos frente al mar de agosto
.El viento ya no silva ante nosotros, las olas ya no suenan igual.

Camina, respira, está todo bien en tu habitación oscura,
está todo bien en tu cabeza atrofiada.
Estamos, estás, estoy, somos nosotros.
Cierro los ojos, lanzo un te quiero a tus oídos.

La luz de tu despedida ya está cerca, la gente no se da cuenta,
caminan indeferentes alrededor.Izquierda, derecha,
un vals de tres minutos y el adiós.
Te alejas, me alejo, sonrío, despierto.

jueves, 29 de marzo de 2012

En silencio

Vengo volviendo de un paraíso que me abandona cada cierto tiempo.
¿Por qué suena tan fuerte mi interior?, Dudas y silencio.
Pero podía transportarme una vez más al alivio de tus ojos,
podía volver a la felicidad perdida entre niebla gris.

Pelo largo y ondulado, pasto verde y frío.
Momentos en que escapamos, momentos en que evadimos lo real.
Vino tinto, lágrimas cayendo, mente en blanco, tiempo perfecto.
Gente que camina, gente detenida, gente que ríe,
no perciben los sentimientos que rodean esas calles húmedas.

 Estaba todo bien, excepto yo. Está todo bien, excepto esto.
Sueños que confunden, noches difíciles que regresan a mi cabeza.
Música que alivia, letras que fluyen sin saber muy bien cómo.
Piano, violín, saxofón, voces, colores pocos.

miércoles, 4 de enero de 2012

Cartas de Gabriel



Una vez instalado en la capital de Francia, decidí escribir.

En París, Francia:

Creo que ha pasado mucho tiempo desde el último día en que hablé contigo. Mañana deberíamos estar celebrando nuestro séptimo aniversario de matrimonio, pero las cosas son diferentes. Mi habitación está oscura, casi negra, sin embargo, sigo escribiendo.

Estamos en octubre, llueve en las calles, se escucha un viento feroz, los vidrios del ventanal suenan, mas en mi cabeza sigue mostrándose tu rostro feliz de aquel día en Buenos Aires.

Mañana me traslado a Berlín, por lo tanto no podré escribirte hasta la próxima semana. No dejes de escuchar nuestra canción, no dejes de extrañar nuestros momentos, no dejes de sentir amor por mí.

Con amor, Gabriel
04 de octubre, 1983

Apagué la vela que poco iluminaba, cerré el cuaderno, pensé en tus ojos, y empecé a soñar:

Me gusta estar contigo, Sofía
- Pensé que no volveríamos a estar juntos, Gabriel

El cielo se tornó gris, el acordeón dejó de sonar, los gorriones cesaron su canto, el reloj detuvo su marcha, tu rostro se desvaneció entre humos rojos y se marchó al cielo de mis sueños.

Me levanté de la cama para iniciar mi viaje a Alemania. Estando allí, quise escribirte:

En Berlín, Alemania:

El viaje resultó como esperaba, llegué bien a esta gran ciudad. Cada día es más lo que te necesito. Cuento los minutos que faltan para que estemos juntos otra vez.

El día estaba despejado, así como a ti no te gusta. En la habitación hay un cuadro que se asemeja a los que solías pintar.

En el salón del quinto piso hay un piano, he estado practicando para darte un concierto el próximo mes, ya que algo me dice que nos veremos en noviembre, cosa que me asusta, pero tengo fe en que todo será mejor.

Te ama, Gabriel
10 de octubre, 1983


Los días siguientes pasaron rápido, perdí interés en escribir, empecé a recobrar el sentido y a percibir la realidad de manera más sensata.

Me dediqué a visitar las plazas y castillos de Berlín, me preocupé de practicar mi alemán y conocer gente nueva. Tuve ganas de reiniciar mi vida en Europa. Pero cuando noviembre finalizaba, brotó la necesidad de escribirte una última vez.

En un lugar extraño:

Las cosas han ido bien este mes, he conocido mucha gente amable dispuesta a estar conmigo, pero no aguanto más, te necesito en mi vida.

Por las noches me dan crisis de pena, de pánico, y no tengo en quién apoyarme. Tenías razón cuando me decías que dependo mucho de los demás, pero hoy tomé una decisión, iré a buscarte.

Gabriel
30 de noviembre, 1983

Esa fue la última carta que escribí antes de morir. Hoy estoy con Sofía en el cielo de mis sueños.


jueves, 22 de diciembre de 2011

Ella se fue antes que yo

Me acerqué a la ventana, pero ya no se veía tu reflejo,
miré hacia el mar, hacia las nubes, hacia el sol, hacia lo lejos.
Me devolví a la habitación, no entraba luz, quedé perplejo,
traté de reaccionar, me di la vuelta, observé el dorado espejo.

 En la cocina tampoco estabas, cogí una uva, lancé el hollejo,
recordé el sonido del piano, divisé un perfume viejo,
ése que me recordaba a tus ojos, al escritorio nejo.
Los recuerdos reaparecieron, llegó el momento, ahora me alejo.

 En virtud de los recuerdos, sonreí un tanto perdido,
sintiendo los latidos, escarbé entre mis sentidos,
cabeza deteriorada, un corazón haciendo ruido,
razones obvias, suspicacia, un par de canciones, diez sonidos.

 De la vida que olvidamos, de los besos añejados
entre dos cuerpos distintos, relucientes, adornados.
Pasó el tiempo sin avisar, no le importó lo revelado,
llegó la hora: me lanzo, vuelo, luego despierto a tu lado.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Obsequio al ingenuo



Caminamos al salón antiguo, bebimos vino,
de la mano, soñadores, tus zapatos femeninos.
Observamos las ventanas, los sillones, al felino,
que sin mirarnos, continuó, como volando, su camino.

Las cortinas se movían porque el viento les decía,
que la luz quería entrar, la situación se repetía.
Pero ahora el humo negro ya no era el que tenía
la custodia de tus besos, corazones que latían.

Se encendió la luz del patio, detenido observó el gato,
el momento en que dijiste: no te mientas, sé sensato.
El reloj ya no sonaba, decidí romper un plato.
Y la discusión renació, se marchó el momento grato.

Reapareció la oscuridad odiada, cruzamos las miradas,
emergieron las palabras, imaginamos una espada
atravesando nuestra cama, perforando las espaldas,
pero eran tus mentiras las que el metal apuñalaba.

La copa de cristal, de nuestras manos, desapareció,
el cuadro de las nubes, de tu mente, escapó,
la tormenta iba nadando, entre lágrimas, brotó.
Desperté, abrí los ojos, tu mentira se acabó.

sábado, 29 de octubre de 2011

Cáscaras de manzana





Desplazándose sobre el pasto verde, mal cortado,
observando colores, por el balcón, asomado,
sintiendo que la vida, ella, le había robado,
sintiendo que la brisa, los sonidos ensayados.


Sensaciones comunicadas a través de la mirada,
pasos marcados por risas exageradas,
peleas inmaduras que duraban poco, terminaban.
Felicidad, confianza extraña, caras manchadas, congeladas.


Ganas de progresar, comprometerse entre hojas verdes,
presentimiento curioso que solía someterse,
en una vida destrozada, en dos caminos, de repente,
ojos marrones; ansiedad; peticiones; todo ausente.


Canciones en inglés, irrealidad sobre las cosas,
desequilibrio émocional, cambios de ánimo; rosas,
sueños, ideas, pensamientos, ganas tramposas
de tenerte a mi lado dos minutos, cuatro horas.


Ahogado por el vino, la cerveza, Siento los sentidos extraviados,
claves de confianza, salvación, ojos cerrados,
rejas negras, cama marrón, recuerdo el pánico oxidado,
despedida ilusa, música agresiva, una canción, tiro tres dados.