Caminando por la senda equivocada.

lunes, 1 de agosto de 2011

Habitación compleja

Empezaste a sentirte culpable de un momento a otro,
tu entorno cada vez era más interesante, no aburrido.
Todo nuevo, pero viejo a la vez, paredes que respiraban tus sensaciones suicidas,
ventanas que observaban cada lágrima desprenderse de tu piel.

La ampolleta tambaleaba, mareada por el alcohol en tus venas,
la silla albergaba toda esa ropa que representa tu propia capacidad de hacer nada.
El reloj marcaba las once de la noche y un par de minutos, la lámpara se tomaba un descanso. La puerta no estaba cerrada, pero no dejaba ver lo que había fuera.

Lo importante no era eso, mi mente me jugaba cada vez peores pasadas,
depresión, angustia, problemas de desequilibrio en la cabeza.
El curso de las cosas, sentimientos difusos y manos sucias...

¿Será que alguna vez voy a comprender el porqué de esta sensación irreal?.
Ese bosque aparecía cada vez frente a mis ojos cerrados, árboles que ya no existen.
Tú, la que jamás comprendió el sentimiento, la que jamás se dio cuenta.

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