Caminando por la senda equivocada.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Sensaciones vuelan detrás de la ventana

Extrañaba este lugar, he estado ausente. El piano sigue sonando, todo es familiar, pero la madera está más gastada.
No venía hace un mes, sin embargo, no hay polvo en la mesa, no hay ratas en la cocina. Encontré la botella de vino que había dejado en el estante, la destapé sutilmente, serví un poco en la copa negra que adornaba el lavaplatos.

Las luces no encienden, hay algún problema con ellas. Al sonido del piano se le agregan esas sensaciones inéditas que extrañaba. Es todo extraño, los sentimientos no se pueden explicar, de verdad. Me dejé llevar por música, me dejé llevar por sueños frecuentes.

Respirar, sentir el agua caer sobre ti, sentir el viento golpear tu espalda, oler la playa, acostarte en tu cama mirando hacia abajo, aplastarte con las almohadas, tirarte en el pasto de una plaza vacía, ver el sol en tus ojos cerrados, disfrutar cada segundo.

Aún hay sueños pendientes, aún queda mucho por saber y conocer, pero no me apuro, estoy tranquilo.

viernes, 9 de septiembre de 2011

No se trata de comprender la muerte

Ese frío que no incomoda porque estoy en el norte,
me permite vestir poca ropa, me permite caminar sonriendo.
Es que camino por una plaza obscura, a paso apresurado,
tratando de expulsar vapor de mi boca, no pasa.


Puedo caminar tranquilo, pausado, sonrío, nada importa.
Son un poco más de las diez y ya casi no hay autos andando,
será que es día de semana, será que siempre ha sido así.
Hago un recorrido sin pensar, es todo automático, es todo natural.


Estando acá, definitivamente, pasan otras cosas, no siento lo mismo.
Pero la conversación de ayer me ayudó un poco.
El whisky estuvo bueno, nunca había disfrutado tanto ese elixir.
Empiezo a hablar pensando, empiezo a corroborar lo que creía.