Caminando por la senda equivocada.

domingo, 8 de mayo de 2011

El cielo se apoderó de su alma, susurros.

Luego de dar vuelta la página de su libreta, observó con delicadeza su entorno, pudo ver, allá en el fondo, a tres personas subiendo el cerro que se veía por el ventanal. Las nubes cubrían el cielo y la melodía nostálgica que tocaba la guitarra invadía la habitación.

Extrañaba su hogar, su familia, su cama, su espacio. Se paró de la mesa, caminó hasta el balcón, volvió a observar el cielo, pensó en el sentido vago que tenía estar ahí.

Se percató de que una sombra se aproximaba hacia él, no se preocupó, continuó observando. Escuchó un susurro en su oído, lo incitaron a hacerlo, casi no lo dudó y acompañado de la guitarra que cada vez sonaba más lento, de las drogas que circulaban por su sangre, de los pensamientos oscuros que habitaban su cabeza, de los momentos pasados que lo hicieron llorar, hizo caso a la sombra y se lanzó desde ese octavo piso. Mientras caía, sonrió por última vez y pidió perdón al cielo por la decisión tomada.

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