Caminando por la senda equivocada.

jueves, 28 de abril de 2011

Espacio vacío.

Y pensaba en esa personalidad extraña que a la gente fascinaba,
esa actitud que, por algún motivo, causaba algo en las personas,
era como el que tenía todo y no sabía aprovecharlo,
entregaban tanto cariño, pero no lo valoraba y se sentía solo,
confusión, alegría oculta, escondida, faltaba algo para estar completo,
faltaba tiempo, una oportunidad y seguridad sobre sí mismo,
autoestima engañado, mentiras propias, personales.


Personalidad que quisiera demostrar a la familia, a la raíz de todo,
nostalgia y recuerdos, ansias por llegar allá, curiosidad por el futuro,
ideas claras sobre las amistades pasajeras, desconfianza real,
no existía un motivo para sentirse acompañado, faltaba completar ese espacio importante,
desorden en el papel, ojos cansados, mente estresada.


Bipolaridad, ganas de llorar, un nudo en la garganta y un par de sollozos,
sentimiento sin sentido, el hecho de escribir le causaba pena,
y es que le hacía falta la sensación que hace años no sentía,
no desesperó más, se calmó, escuchó la guitarra y se largó a dormir.


domingo, 24 de abril de 2011

Rocas en el mar, risas en el viento.

Así con las desiluciones amorosas,
aunque miraba a los dos ancianos conversando y la vida parecía estar bien,
ya habían vivido quizás cuantas aventuras juntos,
amigos de ¿quién sabe cuando?,
ambos con el pelo blanco, camisa clara y chaleco.


Risas que no terminaban, me pareció ver como si recordaran muchas cosas,
otra señora, bastante cerca, leía un libro con sus anteojos marrones,
estaba tranquila, más bien, relajada, luego dejó de leer y contempló el mar con nostalgia.


Una pareja salía del hotel, promediaban los cincuenta años,
ella lucía radiante, él: feliz, tranquilo,
la tomó en brazos y dio una vuelta, sellaron todo con un beso cariñoso.


Confusión y recuerdos, rocas tapadas por el mar, ideas deprimentes,
frustración sin sentido, gente en la que ya no confías,
música más alegre para dejar este papel así como está,
positivismo perdido: ya vendrá, me largo.

domingo, 10 de abril de 2011

Anciano, olvidado.

Personajes atrevidos que desaparecieron,
anciano perdido que llora sonriendo,
que alguna vez fue joven y extraña el sentimiento,
de tener una acompañante fiel que entregue amor sincero.


El cigarro en la izquierda, y la sonrisa infaltable,
tres besos cariñosos y una historia agradable,
más de veinte años y hasta hoy siguen soñando,
con seguir ahí sentados esperando lo acordado.


El día en que le toque separarse de su lado,
dejar de ser el hombre que sintió siempre su mano,
se prometieron amor eterno, en lo bueno y en lo malo,
amor sincero que grafica la silueta del pasado.


una vida juntos, millones de vivencias,
sentimientos, canciones, danza y experiencias,
frases que provienen de dos ojos silenciados,
que no entienden un segundo lo que ya han observado.


Lo esperó, pero...

Copas de vino, un pan redondo, estufa encendida, una cerveza,
aroma a lluvia, un perro negro, un pastel y tres cerezas,
reloj de madera antigua, sombrero y la princesa,
que espera a un hombre rubio, de azul y sin promesas.


Balcón, más bien, enorme,
dos sillas y una mesa,
el sirviente de uniforme,
dando la espalda a su alteza.


Espejo, marco dorado, una almohada un poco sucia,
un papel en blanco, dos mochilas, el zorro y su astucia
las estrellas, el mar, la luna y los problemas
bostezos, sollozos, lágrimas de pena.


No encontró lo que esperaba, pasó el tiempo...olvidada,
se quedó esperando ella, caminó desesperada
llegó al balcón gigante, se acercó lento a la baranda
miró hacia abajo, se despidió, lanzó un grito...¿qué espérabas?